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Curauma, Valparaíso, Chile
Ingeniero en Informatica de la Universidad Tecnica Federico Santa Maria. Tambien tiene estudios de Ingenieria Comercial. Actualmente tiene su propia empresa consultora especialista en localizar soluciones IT, principalmente en el ambito ERP y RRHH, estableciendo alianzas con reconocidas marcas del mercado.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Crónica de un viaje cuántico

El bus se detiene en algún punto de R68, mis ojos entreabiertos perciben una luminosidad inusual que cae desde el cielo. Unas siluetas con forma humana entran al bus, sus ojos brillan como fulgores en una densa niebla.
 
Siento que el bus flota y asciende, mientras poco a poco un cosquilleo hace presa de mis extremidades y veo como mis partículas se convierten en fotones. Miro por mi ventana y veo sólo una luz enceguecedora que se desplaza hacia atrás hacia toda velocidad, mientras todo dentro del bus parece estar en reposo, ingrávido, etéreo, energizado.
 
No tengo dudas que estamos viajando por un puente Einstein-Rosen que nos conducirá a otra dimensión del espacio-tiempo...
 
 
 
...
 
A medida que nos desplazamos en el bus por este túnel de energía, siento como mi respiración y el latir de mi corazón se detienen, miro mi reloj y el secundero detenido... Los pasajeros a mi alrededor parecen estatuas, no sé si presos del pánico o porque no transcurre el tiempo...
 
Miro atrás y veo las criaturas de ojos brillantes, inexpresivas, vigilantes... Una de ellas parece dirigirme una mirada y antes que pudiera siquiera elaborar un sonido, una respuesta invade mi pensamiento: "No te preocupes, somos 'monitores' (sic), llevamos siglos trabajando con esta tecnología y llegarás bien a tu planeta, a tu casa"...
 
El viaje por este agujero de gusano, con el TurBus que iba camino a Santiago dilatado en una mancha energética, sigue siendo de rumbo desconocido, pero contradictoriamente siento una inesperada tranquilidad que mi destino está en buenas manos...
 
...
 
Pero no es mucho lo que dura mi calma cuando contemplo que gran parte de mi cuerpo se ha convertido en un revoltijo de fotones moviéndose en todas direcciones... Lo que hace nuevamente dirigir mi mirada a uno de los 'monitores'.
 
"Tranquilo, tu proceso de reconversión materia-energía es necesario para poder viajar con esta tecnología... Lo importante es que tu 'ser' permanezca intacto"... Fue la conmovedora respuesta que llegó instantánea a mi mente, volviendo parcialmente la tranquilidad.
 
La mancha de energía en la que se había convertido el TurBus donde viajaba a Santiago, comenzó súbitamente a frenar y junto con ello nuevamente tomado su forma material... Mi pulso, respiración y mi reloj vuelven a tomar ritmo...
 
Parece ser que por fin salimos del túnel agujero de gusano y llegamos a un nuevo recóndito lugar del Universo...
 
...
 
La salida del túnel de energía fue acompañada de un resplandor enceguecedor y un chillido metálico me aturdió e hizo tapar mis oídos y cerrar los ojos por el dolor... Casi por instinto sentía que el revoltijo de fotones en que se había convertido mi cuerpo durante el "salto" se estaba reorganizando para volver a mi forma material.
 
Ya no había rastros del TurBus ni de sus pasajeros. A medida que abría mis ojos mientras la potente luz se extinguía poco a poco, y se iba develando en lugar donde había aterrizado, escuchaba la voz de uno de los 'monitores'.
 
"Hemos viajado 31 años-luz llegando a un mundo que te parecerá familiar. Básicamente nos hemos preocupado de construir un escenario acogedor, pensando especialmente en uno de los protagonistas de este encuentro."
 
- "Encuentro ?" Respondí ilusamente, como si alguien fuese a escucharme.
 
Y en eso mis ojos me revelan el lugar donde aterricé, aun sin sentir el suelo, pues aún permanecía en mi estado de ingravidez. Y veo, agudamente sorprendido, que no había ido a ningún otro planeta escondido en otra estrella de nuestra galaxia, sino que había llegado... "A casa"...
 
 
...
 
Mientras "aterrizaba" contemplaba el lugar sin poder ocultar un ligero sentimiento de frustración. Tenía expectativas de encontrarme con una civilización alienígena avanzada en algún nuevo mundo, tras el supuesto viaje de 31 años-luz según me declaró uno de los 'monitores'.
 
"No te engañes. Entendemos que la mayor parte de tu especie asimila las distancias sólo en un contexto espacial. Es efectivo que hemos viajado 31 años-luz a través del túnel Einstein-Rosen como observaste, sin embargo, hemos manipulado sólo una coordenada en este viaje".
 
Y ahí me encontraba, diagonal a la escuela de derecho de la U de Valparaíso en calle Blanco, dirección de vialidad, lugar donde viví gran parte de mi infancia.
 
"Es importante que durante este encuentro te vayas con más preguntas que respuestas" insistió la voz del 'monitor' en mi mente.
 
- "Encuentro ?" Seguía preguntándome.
 
En eso, a medida que recupero mis sentidos, mi forma material y el transcurso del tiempo, escucho el llanto de un niño... Al parecer se había caido en su bicicleta...
 
Me acerqué poco a poco y lo tomé del brazo con delicadeza, sin dejarme de sorprender cuando comienzo a ver su rostro, intacto y sin magulladuras por suerte, sólo con sus mejillas bañadas en lágrimas…
 
- "Hijo ? Qué haces aquí ?"
 
...
 
Mientras limpiaba con lo que tenía a mano las heridas ensangrentadas en las rodillas del niño, por su caída en bicicleta, contemplaba su expresión vacía y perdida hacia mi.
 
Mi piel emitía algunas luces opacas, cada vez más tenues, probablemente debido al efecto fotoeléctrico de la conversión de fotones a materia producto de mi "salto" por el espacio-tiempo.
 
Era evidente que el niño no me miraba como a su padre, y un recóndito recuerdo que tuve oculto por muchos años en mi mente, comenzó a aflorar espontáneamente...
 
- "Ignacio... Dime qué te pasa y qué haces aqui... Ya, vámonos para la casa !"
 
- "Me confunde, señor... Gracias por ayudar pero no hablo con extraños. Mis papás no me permiten"
 
El súbito recuerdo de que este encuentro me parecía familiar comenzó a tomar fuerza... Hacerle más preguntas al niño sólo conseguiría confundirlo aún más... Y entonces miré de reojo a algunos autos estacionados a los costados...
 
Mucho Suzuki fronte, Peugeot 504, Chevrolet digamos de línea clásica, pero lo que más me inquietó fueron las patentes, todas naranjas... Una de ellas decía "EFG 246" "Valparaíso" y el año "1982"...
 
Y sólo entonces entendí los 31 años-luz... Y entonces sentí que perdía la conciencia...
 
El niño seguía mirándome con desconfianza y entonces reparé que no era Ignacito... Pues era algo más cabezón y con un ligero lunar en su frente...
 
- "Un trato, te digo mi nombre y tú me dices el tuyo... Vale ?"
 
El niño dudó, pero asintió firmemente. Entonces continué:
 
- "Me llamo Pablo, y al parecer, vengo de muy lejos"
 
El recuerdo de un desconocido ayudándome, con piel centellante y diciendo cosas raras, se me hizo aún más latente... Y la respuesta del niño definitivamente no era lo que quería escuchar... No pude evitar abrir los ojos como huevo frito de la impresión... Su respuesta me alejó toda duda de quién era ese niñito...
 
- "Yo también me llamo Pablo, señor... De dónde viene ud... Lo conozco ?"
 
CHAN !
 

 
...
 
"Es importante que durante este encuentro te vayas con más preguntas que respuestas"
 
Esa frase me martillaba el cerebro mientras estaba frente a frente a ese niño, hace 31 años... Sin duda que mi mente se había convertido en un torbellino de preguntas mientras el niño me miraba con curiosidad, como intuyendo de que yo le resultaba familiar.
 
"Cuál es el propósito ?", "Por qué viajo 31 años al pasado y justo me encuentro contigo ?", mis pensamientos no dejaban de aturdirme. Ante las inquietudes del niño, sólo atiné a responder "No creo que me conozcas, vengo de muy lejos"... Y no le mentía, 31 años de existencia nos separaban.
 
Una suerte de sentimientos de ternura y quizás de protección, hacia ese niño afloró de mi alma, como si fuera mi hijo, y teniendo en cuenta que en 31 años más, ese mismo niño ya sería un adulto, e iba a estar ocupando con exactitud mi posición espacio-tiempo, una nueva idea se fue desarrollando en mi mente.
 
"Lo que estudias, lo modificas", Heisenberg y su principio de incertidumbre no podían tener mejor razón... Por qué sólo aplicarlo a la mecánica de partículas sub-atómicas ? Las historias que he leído siempre me hacen concluir que los eventos pasados y futuros no son posibles de modificar en el "continuum" de nuestro Universo... La causalidad-efecto sin duda que sigue un flujo, pero contra el común de nuestras creencias, no es un conducto que necesariamente viaja en una sola dirección.
 
Si yo había llegado hasta ahí, fue por un propósito... Si yo recordaba este encuentro con aquel desconocido de piel con luces, que me entregó palabras claves que me hicieron dirigir mi destino casi por casualidades, o como hasta entonces creía que eran eventos fortuitos, entendí que no podía ser de otra forma.
 
Si en este encuentro me iba sin dejar un registro como recordaba ya claramente, mi historia, mi propia historia, cambiaría en forma irreversible. Lo lamentaría, pues mi Universo, tal cual lo conozco, se destruiría.
 
Intuí que no me quedaba mucho tiempo en esas coordenadas, y entonces decidí que algo iba a hacer... Y también fui percibiendo una nueva presencia en este insólito encuentro...
 
...
 
El niño no dejaba de contemplarme con curiosidad, como sospechando que yo debía entregarle algo.
 
En mi chaqueta siempre ando trayendo un lápiz y esta vez no era la excepción. Lo que sí extrañaba era mi maletín que al parecer no viajó conmigo en el "salto". Inquieto y al borde de la desesperación, comencé a urguetear alrededor y entonces me moví unos metros para recoger un papel que parecía ser un volante.
 
El volante era de una revista de Daniel Vilches en el teatro Imperio de Valparaíso, y por el reverso comencé a escribir unas palabras.
 
Hasta entonces nunca estuve de acuerdo con la Conjetura de Protección de la Cronología de Stephen Hawkings, y sabía perfectamente lo que hacía en ese momento, pero el impulso para escribir ese registro se me hizo imposible de resistir. Ese hecho me hizo reconsiderar esa conjetura, más que lo enunciado por el principio (ya era evidente que en eso había fallado rotundamente) eran sus consecuencias, que impiden las paradojas espacio-temporales, pues me di cuenta de que yo no era capaz de alterar la historia.
 
Escribí las primeras palabras que se me vinieron a la mente. Sintiendo compasión por ese niñito, me decía "necesitas aprender y saber algunas cosas que te prepararán mejor para este viaje en 31 años más", y entonces escribí los nombres de algunos autores de divulgación científica, orientada fuertemente a la física cuántica, también autores de ciencia ficción que marcarían fuertemente mis hábitos de lectura en los próximos años, y algunos productos de software existentes en mi época que sería prudente comercializar y desarrollar "en el futuro", una vez que tuviera la preparación suficiente.
 
Antes de entregar el volante con "las palabras mágicas", como recordaba en mi niñez que le decía después que el desconocido me lo pasó, lo doy vuelta y veo la fecha, quizás para volver a convencerme dónde y especialmente "cuándo" estaba. Viernes 22 de Octubre de 1982 21:00 hrs comenzaba (o comenzó) la revista de Daniel Vilches... 1982... Hum !... Necesitaba darle un golpe de convencimiento a este niño... "Cuál era el equipo de fútbol más capo de Chile por esos años y que sería campeón ?"... Hum... No me cabe duda, y casi con un sentimiento de travesura, "por qué no ?", escribí ese nombre al final de la lista.
 
Cuando le pasé el volante al niño con "las palabras mágicas", dos pensamientos paralelos se me cruzaron: "Ahora si que no tengo dudas que la causa-efecto se retuerce el 'continuum' de nuestro Universo" y un sentimiento cómplice me hizo sonreir, "cuando alguien me pregunte por qué soy de Cobreloa, si acaso soy del Norte (típico !), tendré la irreverencia de decir que simplemente un visitante del futuro me lo aconsejó cuando era un niño"...
 
En el momento en que le paso el papel al pequeño, le pido que lo cuide lo que más pueda y en lo posible que memorice algunas palabras... Yo ya estaba claro que el niño perdería el papel a los pocos meses por una nana algo intrusa, que hacía el aseo 3 veces por semana en el departamento donde vivía.
 
En eso siento unos aplausos a poca distancia. Una nueva presencia se hizo en el lugar y parecía no importarle que lo viéramos mientras exclamaba "Bravooo, siempre lo supe !!!"...
 
Era un tipo mayor, por no decir anciano, rechonchito, con su espalda corcovada, lentes poto de botella, con unas virutas de pelo colgando desde la frente, vestido con una capa blanca así como un científico loco, y... Su piel también emitía luces...
 
"Acaso llegó otro visitante ?"
 
 
...
 
El anciano recién llegado, se acercó a la escena, y en sus ojos detrás de los lentes poto-botella se percibía una alta dosis de excitación, como si hubiese descubierto algo que lo tuvo trabajando durante años.
 
- "Sabía que esta era el momento... Cuando me pegué el porrazo en bicicleta y un desconocido como tú vino a ayudarme... Creía recordarlo pero ahora estoy seguro"
 
Fue inevitable mirar al niño, su expresión de asombro, y mirar al viejo de piel centelleante, como buscando cosas en común, y cuando noté que ambos me miraban, una fría brisa recorrió mi espalda. El niño habló:
 
- "Señor, ese caballero es su padre ? Se parecen mucho"
 
La aguda percepción del niño, algo que indudablemente perdí en estos 31 años, me sucumbió... Y sin duda que no me agradaba lo que estaba viendo y un gesto repulsivo se me asomó y el anciano replicó, haciendo un movimiento pélvico con un ritmo sólo sostenible por su mente, francamente muy ridículo.
 
- "Que pasa ? No te gusta lo que ves ? Acaso no me encuentras sexy ? Boom Chic-Chic Boom Chic-Chic...", mientras se contorneaba arriba y abajo, con su mano en la cabeza... Uffff...
 
El espectáculo, si pudiera llamarse así, era penoso... "En este viejo acabado y trastornado me he convertido en el futuro ?"... Y el viejo como que recuperó su compostura y añadió:
 
- "Vengo desde hace 62 años-luz para presenciar este evento único que marcó la vida de este niño, la tuya y desdeluego que la mía"
 
Puse cara de duda, entonces, siguió hablando el viejo:
 
- "Tú acabas de entregar un registro valiosísimo a este niño y modificaste sus intereses desde los 8 años, te ha convertido a ti, un noble estudiante entusiasta de física cuántica, y a mi, un científico loco que desarrolló esta tecnología que permiten los viajes en el tiempo..."
 
Mi cara de duda se hizo más expresiva aún, y el viejo insistió:
 
- "Yo mismo te traje aquí, a este momento, con esta tecnología, porque estaba seguro de este evento y yo no podía alterar la historia, lo inevitable... Tú escribiste en mi historia, el futuro de este niño, tu pasado, presente y futuro, etc. Tú tuviste el valor de seguir tus convicciones y entregar esa información con las 'palabras mágicas'"
 
El niño no entendía nada desde luego, pero con la última expresión, acercó el papel que le había entregado y leyó las palabras con mayor detención.
 
- "Un momento" - por fin repliqué - "Si yo alteré tu destino al entregar el mensaje, y, digamos, te convertí en un científico loco que desarrolló esta tecnología, luego hiciste que yo viajara a este momento para entregar el mensaje... Algo no me cuadra... Acaso dónde-cuándo estamos es una paradoja ?"
 
 
 
El viejo se sonrió, como que esperaba mi pregunta:
 
- "Esa es precisamente la cuestión... Tienes mucha facilidad de calificar esto como una paradoja, pero ya sabes que la Conjetura de Hawking no lo permite... Aqui caben dos posibilidades: O lo que acabas de hacer no tuvo ninguna relevancia en nuestros destinos, es decir, yo me iba a convertir de todas formas en un científico de física cuántica especulativa..."
 
El viejo se interrumpió por un momento, una luminosidad comenzó a aparecer desde el cielo, en forma de un torbellino... Al parecer el anciano lo esperaba, pues le escuché murmurar "ha llegado"... Y entonces comentó:
 
- "O sencillamente la causalidad-efecto de nuestro Universo es más retorcido de lo que puedes imaginar... Lo sabrás en tus próximos 31 años"
 
Un estruendo golpeó desde el cielo, y el remolino de luces pronto se encontraba sobre nuestras cabezas... Todo se alborotaba... Y nuevamente siento un cosquilleo en mis extremidades... El viejo dijo las últimas palabras antes de desintegrarse en un mar de fotones...
 
- "Lo importante es que te vayas con más interrogantes que respuestas... Ya te lo dije... Ah ! Mantente sin fumar y cuida tu colesterol... Por nuestro bien"
 
No lo vi más tras ello, pero sentía como mi cuerpo nuevamente era recorrido por luces, mientras mis piernas se convertían en un revoltijo de partículas lumínicas. Mi masa convirtiéndose en energía una vez más.
 
El niño presiente que me desvanezco, y al parecer le caí en gracia, pues me sostiene de un brazo y me ruega que no me vaya.
 
- "No se vaya, no se vaya por favor, señor, prometo que me aprenderé sus 'palabras mágicas', lo prometo"
 
Y mientras sentía que perdía la conciencia cuando era succionado por este nuevo agujero de gusano, sus palabras se fueron transformando:
 
- "Señor, no se vaya por favor... Señor... Señor... Hemos llegado"
 
...
 
Desde niño podía recordar ese torbellino de luces jalando a mi nuevo amigo, el desconocido de las "palabras mágicas", mientras le sostenía del brazo... El desconocido sólo me decía "Debo irme, no pertenezco aquí, pero te prometo que volverás a verme en el futuro". Y recordaba que de un momento a otro esa extraña persona, que parecía venir de otro mundo, desapareció ante mis ojos con un haz de luz, lo que me motivó aún más durante mi niñez y adolescencia, a indagar sobre esas palabras y estudiar un poco al respecto.
 
Ahora, 31 años más tarde, vivía el fenómeno en carne propia, la boca del túnel que me succionaba, se retorcía de un lado a otro... Explosiones por doquier, que podría describir como una multitud encuentros de materia con anti-materia, y entonces comprendí, "un ingenio que produce energía inducida... Interesante lo que desarrollaré en los próx años", y veía como mis partículas lumínicas, ya sin masa, se estiraban por la boca del agujero de gusano como largos e infinitos filamentos, mientras el cosquilleo característico de la conversión masa-energía ya se me hacía irresistible. "Eso ! Necesariamente debo convertirme en cuerdas para entrar al hiperespacio !"...
 
 
Mientras escuchaba al niño rogar que me quedara, poco a poco sus palabras fueron convirtiéndose. "Señor, ya llegamos"... Y una luz enceguecedora terminó por aturdirme hasta que abrí los ojos... Lo curioso es que en todo el proceso nunca dejé de sentir la mano del niño sacudir mi brazo...
 
El ayudante del TurBus donde viajaba seguía agitándome el brazo... "Señor... Señor... Hemos llegado... Llegamos al terminal central... Despierte, que debo desalojar el bus"...
 
Como un acto reflejo miro un libro que sostenía en mi mano derecha. La tapa rezaba "Agujeros negros y tiempo curvo - Kip Thorne"... Uno de los autores que recordaba de las "palabras mágicas". Entonces, en ese momento me sentí más aliviado de haberlo soñado todo, y pensé que esto ya no era lectura adecuada para estos agotadores viajes Curauma-Santiago...
 
Opté por dejar el libro abandonado en el asiento, antes de bajar del bus... Aún tratando de convencerme si ya estaba en el lugar/tiempo correcto.
 
No alcancé a caminar unos metros, hasta que una mano "ya familiar", se adueñaba de mi brazo nuevamente. Era el ayudante del TurBus.
 
- "Señor, disculpe, me temo que se le quedó esto. Es un libro algo gordo como para abandonarlo" - Y mi libro nuevamente llegó a mis manos.
 
Sólo atiné a sonreír como dando las gracias forzadamente y recordar la Conjetura de Hawking. "Hagas lo que hagas, pasado y futuro ya están escritos"... Entonces me convencí que tarde o temprano iba a crear la máquina del tiempo, y con ello conseguir no convertir en una paradoja, que pudiera destruir el Universo tal como le conocemos, el encuentro con el viejo loco en que me convertiré en 31 años más.
 
Aproveché de preguntar de vuelta.
 
- "Amigo, puede decirme la hora ?"
 
- "Seguro" me respondió el ayudante - "son las nueve y media".
 
Miro mi reloj y francamente no me extrañó que estuviera retrasado 1 hora 15 minutos, justo a la hora donde estaba en el bus a la altura de Curacaví y se subieron los extraños pasajeros que terminaron siendo los 'monitores' de mi viaje. Era esencial que ocurriera esta distorsión espacio-temporal. Ya llevaba años estudiándolo. Prueba viva de que mi viaje fue más real de lo que suponía.
 
Y luego traté de recordar mi agenda.
 
- "Ok, entonces...qué tenemos para hoy ?"
 
PLF.-

1 comentario:

  1. Hermosa historia ,me transporto ,fui una tercera persona viendo de lejos como estos tres seres, que eran uno solo se materializaron para compartir información clave para sus vidas ,veo mucho talento hermosa historia. 🤗

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