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Curauma, Valparaíso, Chile
Ingeniero en Informatica de la Universidad Tecnica Federico Santa Maria. Tambien tiene estudios de Ingenieria Comercial. Actualmente tiene su propia empresa consultora especialista en localizar soluciones IT, principalmente en el ambito ERP y RRHH, estableciendo alianzas con reconocidas marcas del mercado.

sábado, 2 de octubre de 2010

Encuentro cercano

- Apuesto que no eres capaz de alcanzarme hasta llegar a la playa - lance mi desafio...
.
- Hecho, pero si lo consigo, me quedo con tu collar de conchas marinas - me respondio mi amiguita de toda la vida.

Y parti como un bolido... mis pies descalzos ya estaban acostumbrados a las diversas superficies del terreno, por lo que no era problema. Rapidamente me escabulli por los arboles... sabia perfectamente donde y como llegar.

- Hijo, recuerda que pronto desayunaremos... no te pierdas por mucho tiempo - me dijo mi padre cuando pase junto a el, mientras preparaba las especies al calor de la fogata junto con los demas habitantes de nuestro pueblo.

Mientras corria por la selva, senti los aromas calidos tipicos de nuestra estacion tropical. Los cardos y flores silvestres vestian un paisaje de muchos colores que adornaban mi estrepitosa carrera con mi amiga... que a pesar de mi juventud ya me despertaba sentimientos que iban mas alla de una simple amistad.

- Daguaye !!!, la escuche clamar mi nombre a la distancia... tipico de sus trucos para distraerme, por lo que no hice caso y segui mi recorrido. Pero no por mucho tiempo, ya que sorpresivamente ella se lanzo contra mi por un costado y me freno en seco...
.
- Escucha... sientes esos ruidos, Daguaye !? me dijo... Recupere mi posicion vertical y me agazape como pude detras de los ultimos arboles que colindaban nuestra playa.

Me quede sin habla.

Tres colosales naves se encontraban estacionadas a algunos metros de la orilla, izando unas telas enormes con unos simbolos que jamas habia visto. No tuve palabras durante varios minutos, y solo atine a mantenerme con la mano firme sujetando a mi amada amiga. Las naves parecian sacudirse suavemente sobre la superficie del mar, al ritmo de las olas. Sin duda eran estructuras que no eran de este mundo.

Mi sorpresa aumento cuando vi varios otros artefactos, muchos mas pequeños y ligeros, que navegaban en direccion a la playa, sacudiendose con el movimiento del mar. Eran alrededor de 20 naves mas pequeñas y por primera vez vi con mis propios ojos a los seres que las conducian. Alrededor de 8 a 10 criaturas por cada artefacto se aproximaban a nosotros a ritmos pausados y moviendo sus extremidades dirigiendo la multitud de navecitas en una misma direccion.

- Que son esos seres, Daguaye ?

- No lo se, Majaguaya... y no se de donde vienen. Pero seguro no pertenecen a este mundo

- Seran hostiles ? - replico Majaguaya.

- Esperemos a ver que pasa.

Llegaron las primeras embarcaciones menores a la orilla de la playa y las criaturas se bajaron. Fue entonces cuando las comence a mirar con mayor claridad. Tenian una cabeza, y cuatro extremidades, de las cuales ocupaban las dos posteriores para desplazarse en forma bipeda, tal cual nosotros. En general, estos seres tenian cierta similitud con nosotros, aunque tenian la piel muy palida y lucian unas vestimentas extrañas, voluminosas y opulentas para lo que estaba acostumbrado a ver. Muchos de ellos lucian llamativas vellocidades en la cara, algo que jamas habia visto en los mios.

Uno de ellos, aparentemente el lider, fue el que desembarco de los primeros en aquellas naves, mientras de fondo se apreciaban las 3 enormes naves donde se originaba toda esta sorpresiva tripulacion. Ni en mis sueños habia imaginado semejante espectaculo, y poco a poco el temor inicial se fue convirtiendo en curiosidad.

El supuesto lider parecia tener la vestimenta mas completa y lucia un vistoso sombrero o quizas era un casco. El visitante contemplo la inmensidad de la playa donde habia aterrizado, sin duda que era su primer vistazo al nuevo mundo donde habia llegado. Entonces, se arrodillo y clavo un baston con extraños simbolos sobre la arena. Miro al cielo azul y comenzo a recitar unas extrañas palabras. Era como si le estuviera agradeciendo al cielo, o quizas a su Dios ?

A esas alturas, contemplando todo el panorama, esas criaturas visitantes de otro mundo ya me parecian inofensivas. Me anime a acercarme cuando senti que mi brazo era agarrado firmemente.

- Que estas haciendo, Daguaye ?

- Creo que estos seres no nos haran daño, Majaguaya, me acercare a ofrecerles ayuda.

- Estas seguro ?

- Confia en mi... si quieres, quedate escondida.

- No, te acompañare... es mejor que no te vean solo.

Fue entonces que a paso lento y con mi amiga en segundo plano, comence a acercarme a nuestros visitantes, mientras poco a poco sus miradas se concentraban en nuestras figuras semidesnudas (respecto a ellos) y tenian una expresion cada vez mas asombrada al advertir nuestra presencia.

El lider de esas criaturas interrumpio sus plegarias al cielo y se puso de pie apenas me vio. Se mantuvo callado, sin emitir el mas minimo sonido mientras yo me aproximaba lentamente, estudiando minuciosamente a nuestros visitantes.

Me acerque lo suficiente al lider como para estar a 1 metro de distancia. El ser se notaba que era un adulto y sin duda que tenia que mirarlo hacia arriba. Durante largos segundos no hubo intercambio de palabras, como que uno esperaba al otro que se animara a hablar.

Entonces, fue cuando el lider me dirigio sus primeras palabras:

- "Hermosas criaturas del mas Grande. Bendecidos sean los ojos que les ven, niños."

No entendi nada de su lenguaje, el cual me parecio de un acento gracioso a pesar de lo estructurado y cortes, pero supuse que era parte de las plegarias que interrumpio.

- "Venimos desde muy lejos, pequeño. Deseamos conocer a tus padres para conversar con ellos".

Como era evidente que no entendia nada de lo que hablaba, el lider se agacho y me repitio sus mismas palabras lentamente, incluso con un dejo de dulzura, y dibujando unas siluetas en la arena. Entonces fue que comprendi que deseaba ver a mis padres.

En ese momento, me fije en un objeto que sostenia en su brazo junto a su pecho, que aparentaba ser algo muy valioso. Tenia un simbolo de dos varas cruzadas como el de las grandes telas de las naves gigantescas desde las cuales habian llegado los visitantes. Pareciera ser que era uno de los simbolos que ellos veneraban cuando se dirigian al cielo, desde donde seguramente provenian.

- "Te gusta esto que tengo en mis manos ? Es un libro, un libro sagrado... le llamamos Evangelio", -me dijo el visitante depositando su valioso objeto en mis manos -, "Tomalo, es tuyo".

Entonces, me di vuelta para partir junto con mi amiga a buscar a mis padres, cuando nuevamente una mano agarro mi brazo para detenerme. La mano se veia tan palida sobre mi antebrazo tostado por el sol, que parecia un pañuelo blanco.

- "Espera hijo, no me he presentado... necesito que le digas esto a tus padres"- y apuntandose a si mismo agrego...

- "Me llamo Cristobal... Cristobal Colon... vengo en nombre de la reina Isabel de Castilla"...

Su nombre me quedo grabado... fue entonces cuando por fin partimos con mi amiga para avisar a mis padres sobre esta noticia... nuestros nuevos amigos provenientes de otro mundo.


PLF.-